Las sondas lambda, también conocidas como sensores de oxígeno, son piezas pequeñas pero muy importantes en cualquier coche moderno. Su trabajo es medir el oxígeno de los gases de escape y enviar esa información a la centralita para que ajuste la mezcla de aire y combustible. Gracias a ellas, el motor rinde mejor, consume lo justo y contamina menos.
En Andaluza de Inyección, taller Bosch Car Service en tomares, Sevilla, recibimos a menudo vehículos con problemas relacionados con estos sensores. Detectarlos a tiempo es clave para evitar reparaciones más caras de la cuenta. Veamos cuándo conviene cambiarlos, qué señales de fallo suelen dar y qué pasa si se ignoran.
¿Qué son las sondas lambda y por qué son tan importantes?
Van instaladas en el sistema de escape y, aunque pasan desapercibidas, son fundamentales para que todo funcione bien.
Su papel principal es:
- Ajustar la mezcla de aire y combustible.
- Reducir las emisiones contaminantes.
- Ayudar a proteger el catalizador.
Cuando fallan, el motor no trabaja como debe y el bolsillo lo nota rápido.
¿Cada cuántos kilómetros se deben cambiar?
La vida útil depende del coche y del tipo de conducción, pero de forma orientativa:
- Las sondas convencionales suelen durar entre 80.000 y 100.000 km.
- Las más modernas, de larga duración, pueden llegar hasta los 150.000 km.
Eso sí, si se usa combustible de baja calidad o hay problemas en el catalizador, el fallo puede adelantarse bastante.
Señales de que la sonda lambda está fallando
Algunos síntomas que vemos a menudo en el taller son:
1. Gasto de combustible más alto de lo normal
El motor quema más de lo necesario porque recibe datos incorrectos. Si pasas por la gasolinera más de la cuenta, puede ser una pista.
2. Luz de “check engine” encendida
Cuando la centralita detecta un fallo en la mezcla aire-combustible, suele encenderse este testigo en el cuadro.
3. Problemas en la ITV
Un fallo en la sonda aumenta las emisiones y puede hacer que tu coche no supere la prueba de gases.
4. Pérdida de fuerza o tirones
El motor no responde como debería: se nota falta de potencia, tirones o una conducción irregular.
5. Olor a gasolina en el escape
La combustión incompleta provoca un olor fuerte a combustible sin quemar, además de dañar al catalizador.
¿Qué pasa si no se cambia a tiempo?
Seguir rodando con una sonda en mal estado trae consecuencias que pueden salir caras:
- Catalizador dañado, con una reparación que puede superar los 1.000 €.
- Mayor consumo de combustible.
- Más emisiones contaminantes, con riesgo de multa y rechazo en la ITV.
- Rendimiento pobre del motor, que a la larga provoca más averías.
Cómo saber si realmente está fallando
En Andaluza de Inyección trabajamos con equipos de diagnóstico Bosch que permiten comprobar en pocos minutos si el problema está en una o varias sondas lambda.
Hacemos:
- Lectura de datos en tiempo real.
- Comprobación eléctrica de cada sensor.
- Revisión del estado del catalizador y de la combustión.
Consejos para que duren más
- Repostar siempre combustible de calidad.
- Revisar el sistema de inyección en cada mantenimiento.
- Hacer revisiones periódicas cada 30.000 km.
- Acudir al taller al mínimo síntoma, sin esperar a que el problema se agrave.
Conclusión
Las sondas lambda no son piezas caras, pero sí determinantes para el buen estado del motor. Cambiarlas cuando toca evita averías serias, reduce el consumo y asegura que el coche pase la ITV sin problemas.
En Andaluza de Inyección, somos especialistas en electrónica del motor. Si notas alguno de estos síntomas, pide cita online y te haremos una revisión completa para que tu coche vuelva a funcionar como debe.





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