Para que tu coche pueda alcanzar todo su potencial de rendimiento, pero ahorrando
combustible y generando bajas emisiones, utiliza un dispositivo que al día de hoy es
prácticamente indispensable. Hablamos del turbocompresor, llamado también “turbo”, un
sistema de sobrealimentación presente tanto en los motores de gasolina como en los
propulsores diésel.
Gracias al turbocompresor, el motor de tu vehículo es alimentado con aire limpio a alta
presión proveniente del exterior. Esta es una forma de aportar potencia al motor sin
necesidad de incrementar su tamaño ni el volumen útil de cilindros.
Consultamos con nuestros especialistas de Andaluza de Inyección sobre qué es exactamente el turbocompresor, para qué sirve y cómo prevenir posibles fallos.
¿Qué es el turbocompresor y cómo funciona?
Como ya te adelantamos, un turbocompresor es un dispositivo diseñado para aumentar la
eficiencia y el rendimiento de tu coche a nivel general. Está formado por dos partes unidas por un eje. En un lado tenemos los gases de escape que hacen girar una turbina conectada a otra turbina, que se encarga de aspirar el aire y comprimirlo en el motor.
El funcionamiento del turbo es parecido al de los molinillos de papel. Si colocas dos de ellos en fila y soplas sobre el primero, este comenzará a girar y producirá aire para impulsar al
segundo. Así es como funciona el turbo.
Si trasladamos este principio básico al funcionamiento del coche, el turbo es una pieza que funciona a temperaturas muy elevadas y gira a más de 200 mil revoluciones por minuto. Por ello, es necesario un buen mantenimiento para que funcione correctamente, a base de lubricantes y filtros de calidad.
¿Qué tipos de turbocompresores existen?
Aunque todos tienen un funcionamiento similar, es posible identificar varios tipos de turbos en el mundo automotriz:
- Turbocompresor de Geometría Fija (TGF): Es el turbocompresor más simple de todo, ya que está compuesto por pocas piezas. Es la opción más económica y resulta bastante fiable, pero tiene un tiempo de respuesta un tanto elevado.
- Turbocompresor de Geometría Variable (TGV): En este caso, la turbina cuenta con múltiples piezas móviles, con lo que el dispositivo aprovecha mejor los gases de escape y mejora el rendimiento a bajas revoluciones. En contraparte, se desgasta más rápido que el TGF.
- Twin scroll: Es un turbocompresor de doble entrada que trabaja a través de conductos independientes, evitando que se mezclen los gases de entrada con los de salida.
Ventajas de tener un motor turboalimentado
- Ayudan a que los motores pequeños produzcan un gran nivel de potencia utilizando menos combustible, utilizando solo cuatro cilindros, en vez de seis.
- Reducen la cantidad de desechos generados, pues utilizan el aire caliente expulsado por el motor para aspirar el aire exterior. Ello se traduce en una mayor eficiencia.
- Producen menos ruido que los motores de aspiración natural.
- Logran un buen desempeño tanto en altura como al nivel del mar, ya que el turbo compensa la menor presión del aire.
- Al ser un dispositivo ligero, te permitirá ahorrar espacio. Además, tu coche será más ligero y, por lo tanto, más eficiente.
¿En qué casos el turbocompresor puede presentar fallos?
Los fallos o signos de desgaste del turbocompresor están relacionados con la inclusión de
objetos extraños, la lubricación y la inyección. Te comentamos a continuación cómo afrontar
estos posibles inconvenientes.
Objetos extraños
El turbocompresor corre el riesgo de que entren partículas o elementos nocivos a través del filtro del aire. La acumulación de la suciedad puede generar la erosión de la turbina compresora y del motor. También es posible que se desprendan tuercas o alambres del sistema de conductos o de la propia carcasa del filtro.
Para prevenir el desgaste del turbo por la entrada de objetos extraños, es recomendable
reemplazar los filtros de aire de forma periódica.
Falta de lubricación
Para procurar el buen funcionamiento del turbomotor, necesitas revisar constantemente que tenga niveles adecuados de aceite. De lo contrario, la falta de lubricación podría perjudicar un exceso de temperatura que limite las funciones del refrigerante.
Si llegara a desprenderse la sella de juntas en el circuito de aceite, es posible que este se desprenda y provoque una irrupción del suministro, así como el deterioro del turbocompresor.
Algo que no puedes perder de vista es el uso de un aceite de buena calidad.
Inyección
En relación a la temperatura de los gases de escape, en el caso de los motores diésel, la bomba inyectora es la que se encarga de suministrar la cantidad de combustible que el motor puede quemar. Si la emisión es excesiva, la temperatura de los gases aumenta, afectando directamente al turbocompresor, generando fallos en el sistema.
¿Cómo evitar averías en el turbocompresor?
Sigue estos consejos para mantener tu sistema turbo en óptimas condiciones:
- Evita acelerar el coche en frío o en puntos muertos, ya que el turbo no estará lo suficientemente engrasado.
- Antes de apagar el motor de golpe, deja que funcione al ralentí durante algunos minutos, para que el turbo se enfríe de forma progresiva.
- Utiliza lubricantes de calidad y acude a tu taller mecánico para controlar su nivel.
- No es recomendable circular con el motor revolucionado continuamente.
Recuerda que la reparación de un turbocompresor no es un asunto sencillo, ya que es un componente complejo y poco accesible. Por ello, te recomendamos acudir con especialistas para verificar su buen funcionamiento. En Andaluza de Inyección tenemos amplia experiencia y estaremos encantados de ayudarte.
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